Si bien aún no se confirmó que el pan es, en verdad, producto de milenarias levaduras, sí sabemos que un panadero aficionado de nombre Seamus
Blackley, apasionado por las antiguas civilizaciones, se ha interesado en los
métodos egipcios de elaboración de pan y
experimenta con levaduras depositadas en antiguos objetos.
Para ello, cuenta con la ayuda de Richard Bowman, un biólogo
de la Universidad de Iowa y Serena Love, una arqueóloga y egiptóloga de la
Universidad de Queensland, en Australia.
Ambos científicos lo orientaron para la correcta extracción de las esporas depositadas en los porosos artefactos y la egiptóloga además le posibilitó el acceso a estos últimos en el Museo de Bellas Artes de Boston y el Museo Peabody de la Universidad de Harvard.
Ambos científicos lo orientaron para la correcta extracción de las esporas depositadas en los porosos artefactos y la egiptóloga además le posibilitó el acceso a estos últimos en el Museo de Bellas Artes de Boston y el Museo Peabody de la Universidad de Harvard.
El resultado fue un pan de aroma increíble, desconocido, con una miga aireada, liviana y de sabor único.
Listos para untar y saborear, elaborados con granos enteros y aromatizados con especias usadas en el antiguo Egipto. |
Formas cónicas al igual que en las pinturas egipcias |
Blackley continúa
experimentando con nuevos panes, se inspira en las formas que caracterizaban a
los del antiguo imperio y, sobre todo, se aboca a perfeccionar sus métodos.
Resta confirmar que, efectivamente, no hubo contacto con esporas
presentes en el ambiente, aunque Blackley asegura que extremó los cuidados
para que esto no ocurriese. Será Richard Browman el encargado de verificar que no hubo contaminación.
Dos instancias: preparando el fermento y listo para saborear el resultado |