Su origen es muy antiguo; ya en el siglo XVIII se lo utilizaba como medio de pago y algunos documentos históricos dan cuenta de su aprecio por los parisinos.
Elaborado por las familias de la región, los quesos se curaban en establecimientos comunes. Cada hogar debía marcar su producción con un sello propio. Dichos sellos, el especial cuajado con desecado de cerdo y el proceso de elaboración artesanal (con amasado), conforman sus rasgos distintivos, además de contar con Denominación de Origen Protegida (DOP).
De sabor fuerte tiene una textura mantecosa y una corteza casi imperceptible.
De pasta lisa, dura o semidura, según la maduración alcanzada, su color va del manteca al amarillo claro. |
Listos para la maduración. Habrá que esperar un mínimo de dos meses para degustarlos. |
Una curiosidad: Con intenciones de ampliar el mercado internacional, la DOP este año lanzará un queso que tendrá a la bandera de los Estados Unidos como sello y se comercializará solo en este país. Japón sería otro destino del Casín.
Un Casín de maduración media: Se observa la pasta semiblanda. A su sabor lácteo y graso, le faltará el fuerte picor de uno más curado. |
Algunos paladares acusan su final amargo, el cual acompaña muy bien a una porción de frutas frescas o en confituras. |
¿Sabía que Grecia es el país donde se consume más cantidad de queso per capita? Alrededor de 37 k por año saborea cada griego y el preferido es el queso feta, ingrediente esencial de toda ensalada helénica.